Las lágrimas no son gratis

  El lloro es una tendencia, y como tendencia se practica.

  Como comentaba en entradas anteriores, los telediarios y, en general, los medios de comunicación,  se esfuerzan con ímpetu en mostrarnos que nos dirigimos hasta nuestro destino final, que el mundo muere mientras nosotros matamos. Que falta agua, comida...que falta amor; y como se esfuerzan, pues consiguen concienciarnos, o eso creen.

  Sólo veo gente llorando sin sentido, sin coherencia. El mundo pasa por un momento delicado, no sólo por la crisis (ese ente en forma de sustantivo que ha surgido a partir de una cosa no existente, como es el dinero) sino también por los problemas que aparecen en el aspecto moral y personal.

  Las catástrofes naturales se llevan dinero, millones y millones, pero lo duro es que se llevan millones de lágrimas, y esas lágrimas no son lágrimas normales, son lágrimas ligadas a vidas. Lágrimas que arrastran vidas. 

  Todos sabemos a qué imágenes me refiero cuando hablo sobre este tema. Japón, Haití, Indonesia... Horrible como mínimo. Todos hemos visto estas imágenes, y a pesar de verlas y de ver la situación en la que estamos seguimos teniendo reacciones realmente estúpidas. Ahora parece que el martirio, también sea una tendencia.

  ¿De qué nos sirve el negativismo, el ya mencionado martirio y el adolecer contra causas que resaltan por su nula importancia? ¿Es porque necesitamos amor, fantasía, cariño, y no encontramos otra forma para ello que el darnos pena a nosotros mismos?

Por favor.

                    ...

  No hace mucho una compañera me recriminaba:

 "Deja de actuar así, parece que no le das importancia a nada. Para ti nunca pasa nada"

Decidí irme.

  No se trata de aparentar felicidad, de no dar importancia a las cosas, al contrario, se trata de DAR importancia a las cosas. Hay enfados sin sentido por razones sin sentido donde la meta final es el enfado y la amargura.

  Levantarse diciendo "¿Buenos días? Qué asco" y cosas de ese calibre sólo sirven para...miento, no sirven.

  Todos valemos mucho. Las lágrimas valen mucho. Portémonos con ellas, y portémonos con nosotros.

  A pesar de que nos meten todas esas imágenes en la cabeza no valoramos lo que tenemos, y no hablo materialmente. Las capacidades que tenemos las subestimamos de una manera brutal, a veces de una manera que nuestras reacciones deberían ser contraatacadas con algo del mismo valor, enseñándonos cuando sí son malos días.

  No pido sonrisas constantes aunque nuestro dolor sea más grande que nuestro propio país, sólo pido, que si no es necesario, no nos dañemos.

A mi ver, creo que hay una cosa muy importante que nos estamos saltando:

"La vida son dos días y vamos por el segundo"

  Muchos conocen frases similares a estas, y, aunque forma parte de las actualizaciones de estado de muchos, realmente son muy pocos los que aprenden a disfrutar y a ser felices durante el mayor tiempo posible.

  El negativismo es muy fácil de contagiar y más fácil aún de practicar, pero se trata de no concederle  la oportunidad de condicionarnos.

  Tenemos que salir de esta situación. Con imaginación, con una sonrisa, y no con optimismo, con realismo.

  Vivimos una "cosa" muy increíble, y, realmente, ¿De qué sirve ese estado? ¿Para pasar un día más largo, mientras odiamos nuestro medio y maldecimos nuestra suerte? ...
 Será porque me encuentro en contra del masoquismo, porque no le veo ningún sentido.

  No es sólo valorar las cosas, démonos cuenta: ahí afuera pasan muchas cosas, pero a pesar de todo lo que se les viene encima, la cosa sigue igual: esos niños del Sahara sonríen cuando ven una bolsa de plástico que se puede convertir en su balón.

  No se trata de cómo ver el vaso, si medio lleno o medio vacío. Centrémonos en que tiene agua.




Muchas gracias por vuestro tiempo. Tened cabeza.