Archivo del blog

9 dic 2013

Capítulo Dos


  
  La operación transcurrió sin problemas. Algo más de tres horas y media en el hospital, dos de ellas de operación. A pesar de mantenerme despierto durante todo el procedimiento, no recuerdo nada con claridad.

  En mis contados momentos de lucidez medía el tiempo que pasaba cantando interiormente el primer movimiento del Concierto 3 de Beethoven para piano y orquesta, aproximadamente 17 minutos. Aunque rara vez llegase a concluirlo, estar atado a la necesidad de seguir el tempo me daba la seguridad de que me mantenía vivo.

  Me aplicaron anestesia general antes de la operación para poder así anestesiarme el ojo derecho, para ello debían pincharme en el nervio óptico, y por lo que decían, no parece muy agradable. Me pusieron la anestesia en la vía del brazo izquierdo; éste empezó a enfriarse y me quejé de ello en cuanto me preguntaron sobre cómo estaba. No recuerdo más.

  Me desperté en una silla de ruedas entrando a quirófano. Me incorporaron y me sentaron en otra silla que, tras varios ruidos, cedió y se retorció hasta quedar paralela al suelo conmigo encima. Pocos segundos después, la misma enfermera que manipuló la silla me dijo que le sonaba de algo, que sabía quién era. Obviamente, fue la vez que menos atención presté a algo en mi vida. 
Puede que el momento de la enfermera fuese una alucinación.

  Todo lo que recuerdo es una larga tela azul, frío, un si bemol constante producido por el láser que me operaba y un comentario que les hice durante la operación: si me ponéis gorro en la cabeza, ¿por qué no me ponéis uno en la barba?


     . . .



  Me incorporé del suelo donde había pasado los dos últimos minutos. Me levanté con dificultades y me dejé llevar por donde la vida me quiso llevar. Las luces de la calle y de los coches se habían difuminado y perdido nitidez, y a cada paso que daba me quedaba más claro que la dilatación de mis pupilas no me iba a ayudar a recuperar la normalidad. Además, mis pasos eran torpes y desacompasados, probablemente las lágrimas y el frío hicieran de sedante natural, y no se hacía fácil mantener un postura estable con estos factores en contra. 

  Me moría de frío. No es que fuese un  frío inaguantable, al menos no lo habría sido si no me arrastrasen los pies, a penas pudiera respirar por la congestión y me sintiese tan débil. Era muy debil y no lo escondía.

  No viví el viaje a casa plenamente. Me movía cegado por la desesperación, y durante ese tiempo, a excepción de una sensación que no he podido asimilar hasta doce días después, me cuesta hilar lo que pasaba y acordarme de cómo me sentía. Ésta sensación ha sido la más potente que nunca he vivido. En el tiempo que transcurrió desde que me levanté hasta que llegue a casa, era completamente invencible.

Y esto es real.


  Ese martes a las nueve de la noche pasó algo. Algo pasó en la tierra, en el universo, no lo sé, pero ese chico que lloraba, tiritaba, y a penas tenía fuerzas para respirar, había tenido suficiente por un martes a las nueve de la noche.

  Yo era muy debil, mi cuerpo era muy débil y mi mente aún mas, pero no me podía pasar nada. Yo sabía, es más, estaba convencido de que si decidía pararme en medio de la carretera, de que si yo decidía quedarme quieto en medio de esa carretera de cuatro carriles y dos sentidos repleta de coches, no podía pasarme nada.

  Aún hoy, trece días después de aquel martes puedo verme pulsando el boton del semáforo, llorando con la cabeza baja, con el cuerpo retorcido y tiritando, pero con la seguridad plena de que nada podía pasarme. De que nada podría hacerme daño.




-------------------------------------------------------------------------------




Muchas gracias por vuestro tiempo. Tened cabeza.



15 comentarios:

  1. Belén @Belenn_979 dic 2013, 12:49:00

    Joder Mario, no hay palabras para expresarlo, de verdad. Me quedo realmente impresionada, chapó Mario, es muy duro esto que estás pasando y lo estás afrontando con mucha fuerza, te admiro muchísimo. Sigue así, muchísimo ánimo con el posoperatorio que ya quedan menos de la mitad! eres grande ídolo! Te quiero! :') <3
    Besos desde Andalucía. Att: @Belenn_97

    ResponderEliminar
  2. Joder, se pone la piel de gallina en en pensar que todo esto que te ha pasado es real, que no es mentira, uuff, ánimo Mario te recuperás y saldrás de ésta. Un beso y cuidate. @ConchitaMayo

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Mario, he tenido que leer esto mas de tres veces para hacerme la idea de que no es un simple relato, es lo que de verdad te ha pasado, y pf... eres un chico muy fuerte y terminará de salir todo bien, ya verás, porque te lo mereces, por ser tú, porque eres una persona admirable en todos los sentidos, no hay un solo adjetivo negativo que me venga a la cabeza cuando pienso en ti y en todo esto que estás pasando y en lo que, por suerte, ya has pasado. Sigue así y no te rindas, la vida te sonreirá tarde o temprano, seguro que más temprano que tarde, así que sonríele a ella y que vea que no puede contigo. Eres lo mejor que hay Mario, no lo olvides nunca y te admiro, aunque te lo haya dicho millones de veces y te lo diga mil y una más, te admiro y te quiero infinitamente. Ojalá tener a alguien como tú al lado, de verdad. Cuídate mucho ¿vale?

    ResponderEliminar
  5. En serio me conmociona mucho todo esto, menos mal que todo salio bien ;). Cuidate mucho mucho mucho hasta tu entera recuperacion. Aqui una gran admiradora tuya desde hace mucho tiempo

    ResponderEliminar
  6. Mario, se me olvidaba, gracias por compartir esto, de verdad. Muchísimas gracias.

    ResponderEliminar
  7. Como me duele el alma...las lágrimas me caen incontrolablemente...es duro imaginar lo que has pasado, lo que has sentido...pero al mismo tiempo me alegra mucho saber lo fuerte que eres y la manera como has aguantado y sigues aguantando todo! Lo que más desejo, de corazón, es que te recuperes totalmente y vuelvas a sonreír...así yo también voy a poder sonreír de nuevo! Gracias por compartir con nosotros esta fase tan difícil de tu vida. TE QUIERO MUCHO. ÁNIMO. UN BESO ENOOOOORMEEE DESDE PORTUGAL ♥♥♥

    @CarinaMatos30

    ResponderEliminar
  8. Empecé a leerte hace poco pero cuando empecé fue un no parar... es increible, precioso. Me encanta tu manera de expresarlo todo de describirlo tan bien.
    Todo esto va a pasar, tenlo claro, vales mucho y vas a conseguir todo lo que te propongas. Recuerda que sonreir te hara mas fuerte y hará que todo pase mucho mas rápido.
    Un saludo de una fan tanto de Mario como de su manera de escribir.

    ResponderEliminar
  9. Me recuerdas muchísimo a mi, cuando hace dos años me operaron de escoliosis. Derrumbarnos no por la operación en si y sus riesgo, si no por lo que perdíamos debido al maldito tiempo de recuperación. Pero llorar a veces es la única solución para desahogarnos y comprender que los baches y las piedras en el camino nos hacen más fuertes. Suerte con este posoperatorio (a mi también me resulta extraño sin una t ahí en medio de la s y la o jajaja).

    ResponderEliminar
  10. Mario, eres increíble cariño INCREÍBLE. Un ídolo. Sólo sigue con la sonrisa... Y adelante. Me has hecho llorar y de verdad. Increíble. Sólo te mando #unbesoparaquesonrias. Recuerda: un ídolo.

    ResponderEliminar
  11. Que esto no se pierda entre los comentarios.
    Eres especial. Tienes ese algo que mucha gente vive buscándolo y nunca lo encuentra. Eres músico, escribes, las cosas te llegan y las ves de otra forma. Arte. No sé. Lo siento.
    Eres increíblemente fuerte, inspiras. Y sinceramente, ojalá pudiera tener tu coraje.

    ResponderEliminar
  12. A los protagonistas nunca les pasa nada. Tú eres el protagonista de tu vida, así que ten por seguro que nada te pasará.
    Un beso desde una pequeña ciudad de Málaga, citada en el Quijote.

    ResponderEliminar
  13. Hola Mario.
    En el momento en el que tú sabías que nada malo te podía pasar yo me estaba poniendo en lo peor (sí, soy muy pesimista). Siempre me pongo en lo peor, y más aún si se trata de gente a la que quiero.
    Muchas gracias por compartir todas tus emociones con nosotros, es perfecto ver como nos confías tus momentos más duros, se me hace muy duro escribirte este pequeño párrafo sin que me lleguen las lágrimas a los ojos. Te quiero muchísimo y me duele el ver lo mal que lo has pasado y no haber podido estar ahí, apoyándote. Me encanta, espero poder darte algún día ese abrazo que no te di por miedo, por vergüenza. Te quiero mucho renacuajo, un beso enorme y recuperate pronto.
    @AlfalfaenMarzo

    ResponderEliminar
  14. Hola Mario! Me encanta lo que escribes, es pura empatía. Conozco otro blog en el que también escriben poesía y está muy bien. Si pudieras pasarte a verlo estaría genial: http://l4sd.blogspot.com.es/
    Sigue así :D

    ResponderEliminar
  15. Me alegro tanto, TANTO, de que ya puedas levantar la cabeza... Me he leído tu entrada ya tres veces y desde el primer momento siento toda la fuerza y el valor que tienes. Te lo dije en tu anterior entrada pero... Eres un gran ejemplo a seguir. Espero que todo te vaya muy bien y poderme encontrar contigo algun día, sería un gran regalo de reyes MM. Ah y Feliz Navidad :)

    ResponderEliminar